POBRES RICOS

POBRES RICOS

La caída del estudio de la ley del reajuste de impuestos en el senado provincial es una clara muestra de la estrechez mental de una oposición que sigue usando la mentira y las medias verdades para engañar a una clase media que tiene siempre ganas de ser engañada en tanto y en cuanto los resultados sean en contra de los negros-grasas-planeros-atorrantes-mantenidos.

Los medios serviles usan los porcentajes sin explicar lo que significan y, entonces, esa clase media que aceptó el aumento de más del 2.000% en sus tarifas de energía se adhiere al lamento de los millonarios que se ven expuestos a tener que pagar más por el simple y sencillo hecho de tener más en un momento en el que hay emergencias para atender a los que tienen menos y, en muchos casos, nada.

El aumento propuesto por el gobierno provincial representa un incremento de unos $7.500 ANUALES, para el 94% de la población. Ni siquiera, porque aproximadamente el 50% de estos ni llegará a $4.000 ANUALES. En ambos casos a pagar en cuotas.

Todo el lío se armó porque un 6% de la población, los que ya pasaron de clase media, pueden tener que pagar algo más. No mucho, pero en cualquier caso ínfimo en proporción a las riquezas que manejan y los valores desmesurados de sus propiedades.

“¡Están atentado contra los generadores de la riqueza del país!” exclaman sus paniaguados amanuenses mientras hacen coro los sempiternos tilingos que jamás han podido entender que son ellos (los tilingos pese a sus tilinguerías y los pobres pese a sus pobrezas) los generadores de riqueza. Los otros son los que ganan los intereses y los depositan en las Caimanes.

Como afectados por un ataque de amnesia colectiva, muchos de los que hoy se rasgan las vestiduras se olvidan de Macri cuando les decía que los de menos recursos iban a tener que andar en la casa con un suéter si no podían pagar el gas cuando de repente aparecieron tarifas siderales.

Se puede entender que los millonarios cuiden las monedas porque según sus filosofías la plata grande se cuida sola. ¡Pero que los clase media agarrados con alfileres, los que acumulan pagos mínimos de las tarjetas que en vez de plástico las hicieron de goma salgan a defenderlos, ya es una estupidez digna de Tabori!

Hay gente que quiere poner al país de pie. En este caso puntual, a la Provincia de Buenos Aires. Otros, dolidos, con síndrome de perdedores, ponen palos en las ruedas, escupen el asado, tiran para abajo, atentan contra los intereses de la provincia anteponiendo, ni siquiera sus intereses personales, sino los de sus patrones y el revanchismo enfermizo de los mediocres y frustrados.

Mirémoslos de frente y que sepan que no será necesario que la historia les pase la factura. Se la pasaremos nosotros, los bonaerenses que hemos asumido el desafío de poner las cosas en orden ¡Y lo haremos!