DÍA DEL HISTORIADOR EN ARGENTINA
En marzo de 2002, el Congreso de la Nación declaró el 1 de julio como día del historiador. La fecha exacta remite al día en que el Primer Triunvirato ordenó, a través de un decreto de 1812, asentar por escrito los acontecimientos de la Revolución de Mayo, con la finalidad de “perpetuar la memoria de los héroes y las virtudes de los hijos de América del Sur, y a la época gloriosa de nuestra independencia civil”.
El nacimiento de la historiografía argentina se remonta al 1º de julio de 1812 cuando a través de un decreto del Primer Triunvirato inspirado por Bernardino Rivadavia. “Se ha determinado se escriba la historia filosófica de nuestra feliz revolución, para perpetuar las memorias de los héroes, las virtudes de los hijos de la América del Sur, y a la época gloriosa de nuestra independencia civil, proporcionando un nuevo estímulo, y la única recompensa que puede llenar las aspiraciones de las almas grandes” .
Esta misión fue encargada a fray Julián Perdriel, provincial de la Orden de los Predicadores, quien tenía 61 años. Partidario de la revolución, no era un historiador pero trabajó mucho y muy duro cuando un decreto del Director Supremo Gervasio de Posadas, fechado el 3 de octubre de 1814, dispuso la anulación del encargo alegando razones de economía.
Se encargó la obra al Deán Gregorio Funes, que ya la estaba escribiendo y la anunciaba titulándola Ensayo. El biógrafo del Deán Funes -Mariano de Vedia y Mitre- omite molestos detalles de este suceso pero deja comprobado que Funes llevaba años trabajando afanosamente en esa obra, en condiciones no siempre favorables (por problemas políticos había sido procesado y preso a fines de 1811) y contaba con bastante edad.
Así pudo completar en 1817, a los 66 años, los tres tomos de un Ensayo de la historia civil del Paraguay, Buenos Aires y Tucumán, cuyo desarrollo llegaba hasta la apertura del Congreso de Tucumán el 25 de marzo de 1816. La obra, muy bien acogida en su tiempo, ha recibido también las duras críticas de *Carbia por haber trasplantado textos, del padre Lozano, por ejemplo. Es cierto que Funes utilizó datos de autores coloniales, pero aclaró que los tomaba para guía de su discurso citándoles específicamente. Deán Funes fue el primer gran defensor de la libertad de prensa, “el derecho más caro del hombre”, y también quien tamizó los acontecimientos a través de su óptica política con la intención de perpetuar la memoria de “héroes” y las “virtudes”, que no siempre estaban a la altura de las circunstancias.
Fuente: TodoCiencia.com.ar
*Rómulo Carbia, R. (1921). El Dean Funes plagiario (Valoración crítica de su "Ensayo Histórico").
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