LEY MICAELA

LEY MICAELA

Micaela García tenía 21 años. Fue violada y asesinada a la salida de un boliche, en Gualeguay, por Sebastián Wagner, de 30 años, quien ya tenía antecedentes de ataques sexuales. Ocurrió en abril de 2017.

Micaela era una activa militante de los movimientos Ni Una Menos y Evita.

La ley Micaela estipula la creación del Programa Nacional Permanente de Capacitación Institucional en Género y Violencia contra las Mujeres con el objetivo de “capacitar y sensibilizar” a todos los funcionarios públicos, que integran los diferentes niveles del Estado.

La capacitación obligatoria abarca los tres poderes del Estado –Ejecutivo, Legislativo y Judicial- y organismos descentralizados.

Los contenidos deben apuntar a la prevención de la violencia de género en todas sus formas, como establece la Ley 26.485, de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.

Todos los agentes del Estado deben cursar y aprobar todos los años la capacitación. El incumplimiento será considerado una falta grave que incluirá sanciones y obstaculizará el ascenso a un cargo superior en caso de que corresponda.

Quienes hacemos REGIONES BONAERENSES, no solo adherimos a la aplicación de esta ley, sino que, además, alentamos para que la capacitación sobre violencia de género, como criterio destacado dentro de un contexto que abarque la violencia en general, sea aplicada en todas las entidades públicas como privadas y en la formación de los niños y niñas desde la escuela primaria.

La reformulación integral de la educación adecuándola a las exigencias del Siglo XXI, debe basarse, necesariamente, en LA FORMACIÓN más que en LA INFORMACIÓN.

Los paradigmas de una educación basada en la acumulación de conocimientos enciclopédicos, hoy no tiene ninguna utilidad. Y la educación que tiene como objetivo la formación de futuras piezas de un engranaje económico, tampoco.

Es tiempo de ayudar a formar SERES HUMANOS pensantes, sensibles, respetuosos de la vida en general y del ambiente todo.

Para lograr seres virtuosos, debemos sembrar virtudes.