LA VIOLENCIA COTIDIANA

LA VIOLENCIA COTIDIANA

Hoy, 24 de febrero de 2020, los noticieros, los diarios, los canales de noticias, las radios, los portales on line y las vecinas de la esquina hablan de la paliza que en la mañana de ayer, domingo 23, le dieron a una chica en la ciudad de La Plata.

El video grabado por el centro de monitoreo municipal muestra con absoluta claridad cómo un grupo de inadaptados la golpea de manera salvaje a ella y a quien quiera acercarse a ayudarla, y se destaca la violencia inusitada de una chica, perfectamente identificable en las imágenes, quien le seguía pegando patadas cuando la víctima ya se encontraba en el suelo.

Podemos decir que esta vez la persona agredida salvó la vida de pura casualidad, ya que nadie llamó a la policía sino que el mismo sistema de monitoreo disparó la alerta al SAME y a la policía, quienes llegaron en unos tres minutos.

Fueron detenidos tres jóvenes varones de entre 21 y 22 años, que al rato fueron liberados, y la chica antes mencionada, que aún está detenida, y cuyos datos no trascendieron por ser menor de edad.

Hasta aquí los hechos. Hagamos un breve análisis.

¿Por qué ocurren estos hechos?

La primera causal es, indiscutiblemente, la falta de educación y normas en sus casas. Padres y madres que por una u otra razón o excusa no se han dedicado lo suficiente para inculcarles valores a los hijos y ponerles límites en sus vidas.

La segunda causal, también indiscutible, es la PÉSIMA EDUCACIÓN que imparten las escuelas y los colegios, basada en información innecesaria en vez de darles la formación imprescindible.

La tercera causal es el afán insaciable de ganar dinero de los dueños de boliches, discotecas y afines quienes, mientras les paguen, permiten cualquier cosa.

¿Y el estado? Acá el problema es muy complicado. Porque si el estado, a través de la policía, establece restricciones, saltarán los duelos de boliches y afines y una pléyade de liberalistas acérrimos que despotricarán contra el gobierno que se mete en la vida privada y los negocios de las personas y si no se mete… ¡seguirá creciendo la violencia! Máxime cuando todos los medios difunden a troche y moche y hasta el hartazgo las imágenes violentas que sirven de referencia para ver quién termina cometiendo el acto más salvaje.

En nuestra muy modesta opinión, y defensores de los derechos y las leyes, entendemos que el estado debería asumir la cuota de responsabilidad que le compete atendiendo a su función de preservar el orden y cautelar el bien común.

Sugerimos, por ejemplo, que controles policiales se establezcan en las puertas de los boliches controlando entradas y salidas con control de alcohotest. Si llegan borrachos no pueden entrar, si salen borrachos son retenidos hasta que se les pase la borrachera. Pongamos como límite un 1,0 de alcohol en sangre, para quien no tenga que conducir, y 0,5 si va a manejar.

Si el control de ingreso diese que un menor llega habiendo bebido alcohol, se lo acompañará a su casa, se labrará un acta y los padres deberán pagar una multa, cumplir una “probation”. Si la constatación fuese a la salida, se le labrará un acta al propietario del local con la respectiva multa, se acompañará al menor a su casa y se hará una primera notificación a los padres. En caso de reincidencia se aplicarán sanciones graduales desde multas, “probations”, hasta poder llegar a perder la patria potestad.

Obviamente, junto a todo esto, se deberá legislar respecto de los límites horarios. Quizás las 03:00 a.m. pueda ser una hora lógica.

Algo bastante parecido a esto se aplica en unos cuántos países del primer mundo, liberales y pitucos y la gente ni rezonga.

Después habría que lograr leyes que impongan servicios sociales a  quienes no estudien ni trabajen. Pero ese es tema para otro día.